Y sí, estábamos en París, en el de la Belle Époque , en el de los artistas y los escritores, en el de los pintores , los bohemios ,el progreso y el glamour.
Esa mañana, habíamos proyectado nuestra inmersión en la Belle Époque , en las razones que habían denominado a París como la Ciudad Luz, y como la Meca de artistas y pensadores.
A finales del siglo XIX, París accede a cambios fundamentales por ejemplo en el transporte de pasajeros...con los carros a tracción o eléctricos que llevaban varios pasajeros, y mas tarde con el Metro!
Los avances tecnológicos vinieron a satisfacer esta necesidad.
La electricidad que iluminaba las calles se aplicó a los medios de transporte: el primer tranvía eléctrico se inauguró en 1898.
El primer avance importante fue la electricidad. La instalación de farolas eléctricas en la avenida de la Ópera fue recibida con gran emoción.
La Exposición Internacional de 1881 fue recibida con la iluminación eléctrica de los grandes bulevares carteles de neón luz y el amplio sistema de cañerías y cubos de basura frente a cada edificio, mejoraría notablemente la higiene de París
Como siempre digo, para conocer un lugar...hay que caminar, nada de transporte!!!
Así que este paseo de epoca fue pedestre.
Otra maravilla de fin de siglo fueron las Galerias Lafayette, inaugurado por Théophile Bader y Alphonse Kahn en 1893.
Pero en 1895, Georges Dufayel inauguró en uno de los barrios bajos de París las galerías Dufayel, enfocadas a un público obrero: su lema era «vender barato para vender más». Utilizando técnicas como la venta a plazos e invirtiendo en publicidad que animara a los trabajadores a consumir, estas galerías se convirtieron en uno de los negocios más exitosos de la ciudad.
Además de comprar, asistían a conciertos y espectáculos.
Al mismo tiempo, la escuela primaria se convirtió en obligatoria y la consecuencia de la alfabetización contribuyó a mejorar sus expectativas futuras de mejores trabajos y mejor remuneración.
París, ya era la Ciudad Luz, no solo por la electricidad.
Hasta ahí, nuestras energías quemaban las calorías consumidas en el desayuno.
Hicimos un alto para comer en un puestito, porque , cuando se tiene poco tiempo para conocer todo, perder dos horas en almorzar es demasiado, así que con un tentempié seguimos la ruta que nos llevaba hasta la Ópera Garnier.
Magnífico edificio, construido por Garnier e inaugurado en 1875,un poco como la vidriera en donde desfilaba y socializaba la clase alta.
En esas escalinatas se demoraban para ser vistas las damas mejor vestidas de Paris, y en las galerías los hombres generaban futuros negocios.
El proyecto de Garnier combina la doble columnata del Louvre con elementos procedentes de la fachada de Miguel Ángel para el Capitolio de Roma, es decir, el simbolismo real del gusto de Napoleón III con el republicano de la obra de Miguel Ángel.
En su conjunto, la fachada también podría ser considerada un gran arco de triunfo y, en ese sentido, Garnier supo gestionar con éxito la situación política compleja en la que tuvo que desenvolverse, sin hacer referencias directas a Roma o Grecia
El escritor Gastón Leroux , publica en 1910, su novela El Fantasma de la Opera, tomando como escenario este edificio, que originalmente fue construido sobre un lago subterráneo al que hubo que drenar con bombas .
Los problemas de los cimientos fueron resueltos por Garnier creando un sistema que drenó las aguas subterráneas en una cisterna;
Él fue capaz de construir encima de eso, creando una base de doble pared.
La historia del Fantasma dotó al Palacio Garnier de infinidad de mitos y leyendas que aún perduran.
En ese sótano residía Erik, un personaje que tenía un rostro deforme ,rechazado por su familia y la sociedad, pero que era un genio de la música y la arquitectura, como buen personaje atormentado y solo, rumiaba su infelicidad en el lago subterráneo.
Chantajea a los gerentes para que le paguen 20000 francos por mes y le reserven un palco que quedaría oculto, ya que era el compositor de todas las óperas que se estrenaban allí o el que hacía los arreglos musicales.
Pero.....un día se enamora de una vocalista a la que que escucha cantar, y pretende hacerla una primera figura...y para esto, le deja mensajes y sin revelar su imagen le enseña los secretos del bell canto.
Ella cree que es su ángel protector.
Erik consigue que pase a ser la figura principal a través de varios actos de sabotaje, como tirar la enorme araña del techo cuando cantaba la prima donna. O asustar a operarios e iluminadores que salían por piernas , sin regresar.
Accidentes y sabotajes se sucedían según su voluntad.
La araña en cuestión era de este tamaño y armó un ruido infernal al caer, entonces la Diva dice... De cantar...nada ,esto me aterra, con lo cual, el papel queda para la joven Christine, que no tiene idea de las aviesas intenciones del fantasma oculto.
Y así las cosas ,se estrena la obra y ella canta con su pureza angelical....pero haciéndole ojitos al Vizconde Raoul, a quien conocía desde niños.
El Fantasma se agarra un cabreo monumental , y decide declarar su amor.
Cuando ella se da cuenta de que su mentor es un hombre que usa una máscara para ocultar su deformidad y vive en los bajos del palacio, se horroriza y habla con Raoul , con quien elaboran un plan de fuga después de la función.
En medio de la función se apagan las luces y una rafaga de viento sopla sobre el escenario......la prima donna ...desaparece , raptada por el Fantasma, quien la lleva a su guarida en busca de hacerla cambiar de idea.
En fin, que todo termina, y ella se va con el Vizconde.
Y el Fantasma, enterrado en vida, también desaparece.
Lo curioso de todo es que Leroux parte de rumores y verdades, ya que en algún momento de reformas, se encontró por ahí abajo, una habitación sellada y un esqueleto, al menos eso dicen.
Luces y Sombras del romanticismo de principio de siglo XX.......y seguiamos caminando mientras yo le contaba la historia trágica y el triste final.
Y el ambiente da un cierto escalofrío....en cualquier momento uno espera ver unos ojos detrás de una máscara.
Desfallecientes y hambrientos, salimos de la Ópera , y esto recién empieza...pensaba.
Me había quedado pensando en los amores no correspondidos , en los amores posesivos, o en los posesivos sin amor, que se ven en todas las épocas.
Otra parte de París, la que bailaba , la que cantaba y amanecía bajo un farol, la de los amores sin pudor, el Paris de Le Chat Noir , o el Moulin Rouge se alzaban como dignos representantes de la fiesta nocturna.
Locales en donde corrían abundantemente tanto el alcohol como la sífilis....a partes iguales.
El 6 de octubre de 1889, el Moulin Rouge fue inaugurado a los pies de la colina de Montmartre, en la ubicación del antiguo Bal de la Reine Blanche.
La fecha de su inauguración fue cuidadosamente programada al día siguiente de la última fiesta nocturna antes del cierre anual del Jardín de París de los Campos Elíseos, explotado por los mismos propietarios, cuyos clientes habituales se reunirían en el nuevo establecimiento de la place Blanche.
Su creador Josep Oller y su director y socio Charles Zidler eran experimentados hombres de negocios, que conocían bien los gustos del público.
El objetivo era permitir que los más pudientes fueran a divertirse a un barrio de moda como Montmartre
Y qué mejor decorado que el barrio de Montmartre. Desde mediados de siglo, la bohemia parisina, atraída por la sencillez del ambiente (hasta 1860, Montmartre fue un pueblo independiente), los alquileres baratos y su animada vida nocturna, se había instalado en esta colina de la orilla derecha del Sena.
Como fuera....París se divertía , bailaba, bebía y cantaba.
Habían contratado al pintor Adolphe Willette para su ambientación, y , además de armar una pista de baile inmensa, paredes pintadas de rojo y espejos por doquier, había puesto en el jardín una gigantesca figura de elefante de yeso, a cuyo interior se accedía por una escalera caracol, y después de pagar una cantidad respetable de francos, se podía asistir a la Danza del Vientre.
Todo era exceso , algarabía y fiesta.
Mientras pensaba en esto que el mayor pecado eran las polleras reboleadas en el Cancan, hoy en dia , un juego ni siquiera de jardín de infantes, hoy solo falta que muestren una laparoscopia de esofago....el resto esta a la vista
Los artistas, pintores , escritores frecuentaban el Moulin Rouge.....y por ejemplo, Henri Toulouse Lautrec era el publicista del espectáculo con sus famosos carteles.
La Goulue, la favorita de las noches del Moulin, dicen que fue el gran amor no correspondido de Toulouse Lautrec
Otra vez el tema.
Traducido su nombre como la Golosa, comenzó muy joven como bailarina y fue ascendiendo, fue la primera en dejarse fotografiar con escasa ropa, tenía un futuro brillante por delante.
Después de unos años, La Goulue decidió montar su propio espectáculo con un socio.....y perdió todo.
La veían vendiendo cigarrillos en las esquinas hasta que murió,envejecida , sola y pobre en 1929.
El otro famoso era Valentín , el Sin Huesos, lo llamaban por su plasticidad para el baile, alto , delgado y con una nariz aguileña muy marcada, fue protagonista de muchos de los carteles de Lautrec en donde aparecía con su sombrero de copa.
Su verdadero nombre era Jules Renaudin, comerciante de vinos y contorsionista tan eximio como eximio bailarín.
Personajes de las noches locas de París, junto a Lautrec, que no medía más de 1,50 por una enfermedad degenerativa en las piernas, y cuya edad adulta estuvo repartida entre el arte, el alcohol y la sífilis, hasta su muerte a los 36 años.
Pero....qué maravilla de pintor!!!!!
El Moulin sigue con sus espectáculos, fuimos a uno de ellos.
Los cuerpos de las bailarinas son estilizados y elegantes, arte puro.
Seguimos caminando por Montmartre , y nos acercabamos a ese París era una fiesta..de Hemingway, el de la posguerra....1920.
Las huellas de la Generación Perdida, como llamaron a esos hombres y mujeres que después de la Primera Gran Guerra, se sentaban en los cafés de Paris largas horas . Una generación en busca de sentido, el sentido perdido en la guerra, muchas veces decepción y vacío.
Escritores como Steinbeck, Hemingway, y Scott Fitzgerald .
La generación perdida no es más que un grupo de gente con todas las secuelas de haber «sobrevivido» a la primera gran guerra, el gran hecho histórico de esa época.
Hemingway escribe que Stein escuchó la frase del dueño de un taller francés que atendió el automóvil de Stein. Cuando un joven mecánico no pudo reparar el coche lo suficientemente rápido, el dueño del taller le gritó: «Todos vosotros sois una génération perdue».
Mientras le contaba la historia a Hemingway, Stein añadió: «Eso es lo que sois. Eso es lo que todos vosotros sois... todos los jóvenes que servisteis en la guerra. Sois una generación perdida».
Hemingway atribuye la frase a Stein, que era entonces su mentora y patrona.
Una generación que sufrió , a raíz de ese evento, un nuevo orden mundial con distintos valores , el advenimiento del feminismo y la libertad de pensamiento que muchos no supieron cómo gestionar.
Y qué perdieron? Creo que el nudo fue la pérdida del sueño americano, la ingenuidad , la idea de que nada iba a terminar, o cambiar.
Y eso se plasmó en sus libros, El Gran Gatsby de Scott Fitzgerald por ejemplo, con toda la descripción de una sociedad rica pero vacía de contenido.
Seguíamos nuestra ruta pedestre por el París bullicioso y cultural mientras anochecía.
Cuando llegábamos a las Tullerías nos derrumbamos en un banco.
-Azucar- dije-necesito algo dulce.
Las piernas se negaban a funcionar.
Y de pronto.......se hizo la luz!
La Gran Dama inaugurada en 1889 por Gustave Eiffel, se iluminó y me llené de luz por dentro....el espectáculo acaba de comenzar.
Nos quedamos ahí, muy juntitos , casi sin respirar.
Esta foto obviamente no es nuestra......pero que linda no?
La noche caía en París como un velo de gasa .
Habíamos recorrido kilómetros de calle y de historia y ella se iluminaba como un último regalo .
Tenía la cabeza llena de información que debería procesar, los ojos llenos de pinturas y carteles , y el corazón lleno de sentimientos recogidos en todas esas historias.
Y la música del Can Can resonando en mi cerebro....pero cuando acaba la fiesta....
De camino al hotel compramos algo para comer, ni fuerzas para sentarnos en un restaurante y esperar.
Llegamos ,nos sentamos al borde de la cama con la comida prolijamente colocada sobre el escritorio........y así nos despertamos cinco horas después, tal cual como si nos hubieran desconectado, luces encendidas, la ropa puesta y la comida sin tocar........y volvimos a dormirnos.
París, la Ciudad Luz.
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