Esta era la consigna...a las 9 en punto salimos! el que está ...está y el que no está se queda.
Con esta premisa , más que premisa...apremio, nos disponíamos a partir en un loco y divertido safari fotográfico con destino a Jujuy.
Il capo di tutti capi....Juan Carlos, Francesco para los conocidos, amigo entrañable y como profesional qué decir....era el fotógrafo de la editorial Atlántida, el que mostraba a las mejores modelos en la revista Claudia, se acuerdan?
El profe, como le decimos todos, nos había invitado al viaje anual con los alumnos, siempre en septiembre.
Y para allá fuimos mi Partner y yo , sin ser alumnos formales, pero unos buenos amateurs y sobre todo obedientes!
Salir de viaje con Francesco es garantía de excelente organización, de viajes cómodos y escenarios espectaculares.
Cuando me dijeron que íbamos en bus.....pensé...tantas horas , uf..... porté mis libros en el celular cosa de pasar las horas leyendo un poco.
Error. El bus era tan cómodo que apenas arrancó me invadió una sensación de bienestar...y me quedé dormida y así viajé 24 horas, me avisaba el Partner cuando parábamos a comer, yo bajaba , ponía mi mejor sonrisa y me hacía la firme promesa de socializar con los demás . Y cuando volvía a sentarme...otra vez.
Fueron 24 horas de spa, y a la altura de Jujuy estaba fresca como una lechuga, descansada y rozagante. En fin.
Creo que me miraban con una mezcla de lástima y envidia, pero me perdonaron.
Cuando finalmente abrí los ojos, estábamos a un par de horas de Tilcara y no había amanecido aún.
Miré por la ventanilla pero tuve que abrir y cerrar los ojos varias veces.....miles de lucecitas serpenteaban colgadas de ninguna parte, como adornando árboles navideños gigantes e invisibles. Y de a poquito , casi con cuidado , empezó a clarear , a definirse la silueta de los cerros y el sol tímidamente se puso a pintar de colores el paisaje.
No terminaba de creer lo que veía.
Y yo pensé...cómo estuve toda mi vida sin conocer esto?
Sin hablar una palabra traté de fijar cada movimiento de la luz, cada color nuevo, y guardar en la memoria esa maravilla de regalo que la naturaleza me hacía.
Y todavía hoy, cierro los ojos y puedo evocar la sensación de asombro, ese momento en que la vida se detiene, te detiene y te grita para que no te lo pierdas.
“La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.” Nietzche
Y yo agrego , la capacidad de asombro.
A partir de ahí, todo fue puro color, puro escenario, pura diversión.
Tilcara, Juella, Humahuaca y la Quebrada, Cerro de los Siete Colores, Uquía.......todo pasó bajo las lentes, todo quedó registrado , colores , texturas, y sobre todo su población tan genuina y amable.
Nunca supe a ciencia cierta si la energía que me hacía saltar de cerro en cerro fue debida a las hojas de coca o a la felicidad que me daba lo que veía.
Quise hacer una comprobación empírica y traje unas cuantas hojas y las mastiqué concienzudamente corriendo por el Parque acá pero ...ni pío. Nada de esa sensación exultante del Norte.
Fue una experiencia única y divertida.
Francesco nos brindó toda su sabiduría y nos gritó para que fuéramos puntuales como un maestro de escuela (organizar un grupo así divertido debe ser difícil!) mientras todos saltábamos de acá para allá , con nuestras máquinas y trípodes, tratando de hacer mejores tomas.
Intimamente, guardo ese recuerdo muy bien envuelto, rico en experiencia y emociones, buena compañía, buen vino, mucho afecto.