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Hobbit, ritos, luciérnagas y ruibarbo en las Tierras Medias

La frecuente costumbre de viajar como ranas de un lado a otro nos había llevado a pegar un nuevo salto desde Melbourne a Auckland, Nueva Zelanda.

Si la Gran Barrera de Coral había resucitado el antifaz de niño para ponerme, yo lo había escondido en la valija, pasado por la aduana de ambos países y desenvuelto cuidadosamente al llegar a Auckland.

Es que es un país que te invita a la aventura, al descubrimiento, a soñar con los ojos abiertos y cabalgar como en esos cuentos leídos en la infancia y en la adolescencia.......y aún debo decir, en mi época adulta.

Viajar con la imaginación a través de lecturas como Harry Potter o el Señor de los Anillos...fue para mí como sumergirme en un río sanador en donde desaparece el peso de las responsabilidades y del deber ser, se equilibran las decepciones del mundo , el bien triunfa sobre el mal, el honor sobre el deshonor, los valientes sobre los cobardes........todos valores que nos emocionan cuando somos inocentes.

Por todo esto...cómo iba a faltar la visita a las Tierras Medias, La Comarca y el hogar de los Hobbit !!!

Seguramente J.R.R.Tolkien no soñó con que muchos años más tarde habría una película con la historia que representaría con exactitud lo que imaginó sin viajar.



Tolkien era sudafricano de nacimiento, pero de muy niño se radicó en Inglaterra con su hermano y su madre después del fallecimiento del padre.

Un episodio de su vida fue enamorarse de Edith, una joven que vivía en la misma casa a la que fue enviado por su tutor, el Padre Morgan. El sacerdote le exige que dejen de verse durante tres años hasta cumplir los 21, y Tolkien acepta. Había ganado una beca en el Exeter

College de Oxford y se dedica al estudio con pasión, además de leer autores como Lewis Carroll o las historias de hadas de Andrew Lang.

Sin embargo, al cumplir los 21 vuelva a buscar a su enamorada, y permanecen juntos el resto de su vida.




La Comarca, la aldea donde vivían los valientes Hobbit, está próxima al pueblo de Matamata, a unos kilómetros de Auckland.

Peter Jackson fue el creador de este lugar en donde se filmó la película.

La caminata por la aldea y los lugares tan fantásticos te meten dentro de la historia con una veracidad apasionante.


Es la aldea del Hobbit!!! con sus animales y su cultivos, las casitas debajo de las lomas y de los árboles...



Iba como caminado entre nubes, y en el fondo, esperaba ver algún habitante detrás de las ventanitas. Frodo...! que he venido de visita!





Gandalf y Bilbo pasaban ante mi desbocada imaginación y las ganas de aventuras.

Y la emoción va creciendo . Todo está cuidado, todo es perfecto, una aldea de ensueño.


Pero de pronto......lo ví.

El objeto de mi frenética búsqueda infructuosa en los markets de Australia, las tardes que me pasé averiguando dónde conseguirlo, cómo lo cocinaban , cómo llevarlo.........sólo lo había visto en una foto de internet.

El famoso ..RUIBARBO.

De tallos rojos y hojas grandes y verdes, estaba ahí , tan campante, en la huerta del Hobbit.


La exquisitez hecha salsa....al alcance de una mano.

Horror.

Me quedé petrificada, hipnotizada, algo así como mi gato cuando saco el pollo del horno...

no podía despegar los ojos .

Hubo un sostenido duelo de miradas....entre el Partner y la que suscribe.

El me decía..Ni se te ocurra.....yo...me quedaba muda....igual que el gato, congelada y con la mirada desafiante.

El duelo continuaba...no lo toques....no se puede...

Una terrible lucha se desencadenó entre las fuerzas del bien y del mal, la mano quería extenderse, la mente le decía .. quieta!

.............................................................................

Tuve que recurrir a todos mis argumentos de adulta y apelar a todos los buenos sentimientos de niña.......finalmente ganó el bien, y muy pero muy a mi pesar seguí caminando .

Con un run run interior y mascullando por lo bajo llegamos a la taberna del Dragón Verde a reponernos de la experiencia.



Y a seguir camino en las tierras maoríes.

Cada tanto miraba para atrás....


Nos dirigíamos a Rotorúa, un lugar de cultura maorí.

Allí cuentan la leyenda de Hinemoa y Tutanekai, una historia como la de Romeo y Julieta.

Hinemoa era una joven hija del jefe de la tribu que habitaba en Rotorúa. Estaba enamorada de Tutanekai, que pertenecía a otra tribu enfrentada con la anterior . Por lo tanto el padre de Hinemoa prohibía la relación de los jóvenes.

Para que no se vieran, habían sacado todas las canoas, de forma que Tutanekai tocaba la flauta desde una roca para que su amada Hinemoa la escuchara...al otro lado del lago.

Una noche, Hinemoa cruza el inmenso lago con calabazas vacías atadas a su cuerpo para que la ayudaran a mantenerse a flote y llega apenas con vida a la otra orilla después de varias horas.

Se sumerge en aguas termales para descansar y reponerse hasta que la encuentra Tutanekai y ya nunca se separaron.

Este es el relato que cuentan en Rotorua, y que comenzaron los descendientes de ambos.




En Rotorua abundan las aguas termales y los geíseres y forman parte de los ritos maoríes.

Los maoríes son de origen polinesio y fueron los primeros habitantes de Nueva Zelanda

La leyenda cuenta que vinieron de Hawaiki en siete barcas que dieron origen a las siete tribus originarias.



Las barcas talladas en madera.

Tallas en madera y tejidos son algunas de sus artesanías.



La casa comunal por dentro.

El arte y la naturaleza están presentes todo el tiempo en la cultura maorí.


Durante todo el viaje por Nueva Zelanda me estuve preguntando qué hacía la diferencia entre la integración de la cultura maorí con la europea y el resto de colonizaciones de la zona.


Quizás el origen polinesio, quizás que fueron tribus que se alinearon detrás de un solo rey y eso los hizo más fuertes para tratar con los europeos.

Sin duda la fusión de ambas funciona, los colegios educan con los dos idiomas, todas las señalizaciones están en ambas, y lo que me impactó fue el orgullo con el que los maoríes te cuentan su cultura.

Son los dueños originales de la tierra, son los primeros.

Desde el haka hasta los tatuajes en las caras se portan con orgullo, con serenidad y la mayor parte de las veces con sonrisas y paz.




Nueva Zelanda es una tierra por descubrir, un campo por arar y una siembra por cosechar...ahí me sentí...feliz.

Bueno, queda la cuestión del ruibarbo, claro.


El siguiente punto de esta maravilla fue internarnos en las cuevas de Waitomo.

Estas cuevas se originaron por la erosión de los ríos subterráneos en la piedra caliza durante años.

Imagínense, entran en una cueva, estalactitas y estalagmitas por todas partes...una humedad fuerte y un silencio apenas molestado por las suaves palabras del guía.

A medida que avanzábamos se oscurecía más y más.

El Partner y yo..de la mano para no perdernos.

Y en un punto, te suben a un botecito de madera, que se mueve con unas palas grandes y se apaga la poca luz que había. El bote se desliza apenas por el agua......y entra a un túnel más profundo todavía y más oscuro....y de pronto mil estrellas se encienden en el techo de la cueva!!!

miles de gusanos de luz brillando en la oscuridad más absoluta.

Un espectáculo deslumbrante y natural.


Esta foto es del sitio de las cuevas, no permiten celulares ni fotos.


Con tanta maravilla es imposible no estar feliz.

Así que volvimos a Auckland agotados y contentos.


Hay tanto por ver en este mundo que el aburrimiento es impensable.


Creo que siempre se descubre parte de uno mismo cuando viaja y ,con tantos estímulos, es difícil no darse por aludido.

Yo me había quedado pensativa y me preguntaba qué tipo de Chuky,el muñeco maldito,

me había atacado en la Comarca......En verdad me hubiera robado el ruibarbo?

Pero la batalla entre el bien y el mal había terminado.....bien.

El ruibarbo seguía en la huerta del Hobbit como si tal cosa.


Como adivinando mi derrotero laberíntico del pensamiento, el Partner que estaba tan relajado como yo hizo una referencia a las personas que respetan las costumbres del lugar.


Y como una lanza apunté.....lo decís por lo del ruibarbo??

-No, hablaba en general...-murmura.

-Porque si lo decís por mí....nada ... que soy la mujer más dócil y obediente del planeta!

Siguió un silencio helado y ..terminó en una carcajada , que rebotó contra la pared, salió al pasillo , se estrelló en el ascensor y bajó hasta la recepción del hotel.






La búsqueda del dichoso ruibarbo me persiguió durante el regreso a Australia. Encontré finalmente un supermercado que lo tenía al natural, hermoso y brillante, pero no me lo podía traer, bajo pena de multas horribles. Sólo encontré un frasco de dulce, pero no es lo mismo que la salsa para acompañar las comidas.


Mi perseverancia....a veces una virtud, y en ocasiones (muy pocas) un atentado a la paciencia del Partner me llevó a comprar unos plantines que me trajeron desde la Patagonia y que puse muy oronda en mi balcón de Buenos Aires.

Eran tres tallos escuálidos que no prosperaron, como era de suponer ....y la idea de tener una plantación y hacer salsa ...murió por su propio peso.


Sin embargo....cada minuto de esta historia valió la pena.

Porque como digo siempre...qué somos sino lo que soñamos?

Qué nos alimenta sino lo que podemos proyectar de nosotros mismos?

Y por fin....qué nos protege de los momentos difíciles sino esos pequeños minutos de luz que, como las luciérnagas de Waitomo , hacen brillar la esperanza y el deseo?






Kia Ora


Nueva Zelanda 2019









Video de la danza haka haka




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