Esta historia empieza con este diálogo:
_Te acordás cuando empecé a hablar de Islandia?_ pregunto yo.
_Sí.._ contesta él.
Y te acordás que te quedaste....mudo?_
_Sí, me acuerdo_
_ Y te acordás que después de un tiempo me mandaste unas fotos divinas de Islandia y yo te dije que si me dabas alas ...un día sin darte cuenta ibas a estar sentado encima de un volcán?-
_ Sí!_
_Bueno , you are the winner!
Y así , rodeados de un paisaje increíblemente hermoso e inusual, comenzamos nuestra aventura por la península de Snaefellsnes.
Snaefellsnes un resumen de Islandia.
Desde Reykiavik e incluso desde Keflavik y la península de Reykjanes podemos contemplar la punta de la península de Snaefellsnes, y de su punto más conocido, el volcán de Snaefellsnesjökull.
La península de Snaefellsnes esta al norte de la capital, a 120 km en línea recta, visible sin problema desde Reikiavik desde que el tiempo sea claro y despejado.
Bañada por al norte por el fiordo de Breiðafjörður y al sur por el golfo de Faxaflói, Snaefellsnes se va estirando desde la zona de Borganes y Budardalur, hasta la extremidad oeste donde descansa el volcán de Snæfellsjökull.
Casi bajo el Snæfellsjökull el humano se hace pequeño y el mundo grande.
El volcán durmiente que fue la puerta de entrada el centro de la tierra en la novela epónima de Julio Verne. El volcán que mide 1446 metros, está dormido y, claro no se puede entrar porque hay un glaciar sobre él. La zona oeste de la península compone uno de los tres Parques Nacionales de Islandia.
Montaña de Kirkjuffel una de las más conocidas de la península de Snaefellsnes.
El paisaje alterna entre verdes musgos y negras formaciones de roca volcánica , entre la nada y algunos pueblos diseminados. Todo es fabuloso.
Leyendas abundan en esta zona de Islandia, como la de Bardur, el gigante.
Los historiadores, todavía hoy, no se ponen de acuerdo acerca del origen de la narración, pero según la creencia popular parece que Bárður se escapó a Islandia desde Noruega por la tiranía del rey, Haraldur “de mucho pelo”, como hicieron muchos de los colonizadores durante la segunda mitad del siglo IX.
En Landnámsbók (Libro de la Colonización)7 , Bárður aparece mencionado como uno de los colonizadores de Snæfellsnes.
El origen paternal de Bárður se deriva de los seres mitológicos gigantes, mientras que su origen maternal procede del mundo humano; lo cual da motivo para considerar que no pertenecía del todo a la comunidad humana.
Simultáneamente, la leyenda confirma que tempranamente en la historia, Bárður abandonó el mundo humano y se transformó en un protector, un landvættur, 8 de la región Snæfellsnes.
. Hay que llegar a Arnarstapi para ver casas.
Sin embargo es otra vez la naturaleza la que domina con sus acantilados inundados de aves. El color negro de la roca volcánica que forma órganos, puentes, arcos y cavidades se mezcla con el blanco del guano de las aves.
Estas son las playas de basalto.
Snaefellsnes te envuelve con su geografía y te ata el moño con sus leyendas.
Es un regalo con secuelas, porque siempre querés ver más.
Es imposible permanecer indiferente.
La realidad de tu existencia urbana desaparece y uno se sumerge en un vaivén de fantasía.
Paisaje y leyenda unidos tan íntimamente que se desdibujan los límites y esperás en cualquier momento que aparezcan los elfos y te pregunten cómo estás.
Más de la mitad de los islandeses cree en los seres mágicos. Los elfos, los seres invisibles, los gigantes.
Los Bardur del universo, que se convierten en protectores. Y si ellos lo creen....por algo será.
Volvimos a Reykjavic después de 12 horas de aventuras diversas y varios cambios de clima,
con los ojos rebosantes de paisajes y el corazón repleto de sentimientos.
Y un hambre.......!!!!
Y como el efecto Islandia corría por mis venas furiosamente , fuimos a buscar un local de comida típica. Elegimos una sopa islandesa, que te sirven dentro de un enorme pan negro redondo al que le cortan una tapa , ponen dentro la sopa y vuelven a poner la tapa, te dan manteca caliente, resultado.....una de las cosas más ricas que comí en mi vida. Sopa de ternera calentita , pan crujiente y manteca derretida. Un lujo!
En el último día en Reykjavic.. me pasó algo curioso. Iba caminando por la peatonal y siento más que escucho , uno pasos muy pesados que movían el piso.
Al darme vuelta, un gigante de más de dos metros veinte, y un metro y medio de ancho, caminaba detrás mío, vestido con pieles que llegaban hasta el suelo, rubio, espléndido, con las uñas pintadas de rojo y tacos!
Quedé como la estatua de sal, inmóvil, para no perderme nada de esa aparición mágica.
Era de verdad !!! Igual que el Hagrid de Harry Potter!!
Curiosa criatura que caminaba con desenfado y entre risas.
Desde ese momento....yo también creo en gigantes.
Islandia me dejó hambrienta, con ganas de quedarme un mes, y recorrer la isla de a poco.
Me faltaron muchas cosas por ver.
Pero lo mejor de un lugar es estar, solamente estar y descubrir qué pasa por ahí, sin tiempo y sin rumbo.
Volveremos.
Islandia, tierra de fuego y de hielo.