Tengo un montón de conocidos a los que le encanta viajar en crucero.
Esas ciudades flotantes lujosas que brindan espectáculos y actividades por doquier, para que nunca te aburras.
Y para que puedas alimentarte todo el día , como los peces con el plancton.
No es mi estilo.
Sin embargo, para subir a Alaska desde Vancouver, sólo se puede en crucero, así que nos embarcamos en uno de esos maravillosos medios de transporte y dejamos que las cosas fluyeran.
El tema es que había tres días de navegación sin tocar puerto.
Y yo pensaba… y ahora que hacemos tanto tiempo?? (además de comer)
O sacar fotos!
Así que decidí zambullirme en el gimnasio.
Mucha cinta, mucha bici.
Además de mi entrenamiento de spinning
Un día escuché por los parlantes que había clases de zumba con un profe latino.
Mis compañeras de viaje eran casi todas norteamericanas y promediaban unos 75 años.
Así que dije, me anoto, no debe ser muy complicado, estoy super entrenada. Y tengo unos años menos.
Pues no.
Nada más entrar observé que ELLAS se habían vestido como para una clase filmada, con vinchas en la frente y musculosas. Yo, calzas de ciclista y remera blanca.
Aparece el profe, una cosa brillosa y musculosa, mucho salero el latino . Empieza la clase.
Y todas ELLAS coordinadas.
Todas se movían para donde debían. Prolijas, motivadas, furiosas, perfectas.
Yo no pegaba una, si iban para un lado yo agarraba invariablemente para el otro. Ellas gloriosas y yo….tanto entrenamiento, tanto entrenamiento…un papelón.
Pregunto, harán eso todo el día??????
Me fui vencida y cabizbaja, bajo las miradas compasivas del etario 75.
Cosas que pasan en los cruceros.
Sin embargo, había dos chicas de Guatemala, ahora mis amigas para siempre, con las que nos reímos en todos lo rincones del barco, nos divertimos a morir con los amores de Irene y el karaoke de Chiqui y con las que tenemos un grupo de whatsapp activo desde hace cuatro años.
También esto pasa en los cruceros.
Así que las opiniones están divididas
A ver quien se anima con otra historia